Ruta 1 (6880 km): EEUU-México-Guatemala-El Salvador-Honduras-Nicaragua-Costa Rica

Ruta 2 (12567 km): Uruguay-Brasil-Paraguay-Argentina-Bolivia-Chile-Perú-Ecuador-Colombia-Panamá-Costa Rica

RUTA 3 (3035 km): España-Portugal

"Salimos con Dios de mi casa, si no regresamos, fue porque nos quedamos junto a EL"

3 de febrero de 2013

10) Misión de Vida en Talamanca

Fue un día normal en Limón, recibidos amablemente en el Hotel La Selvatica en Playa Chiquita donde nos dieron hospedaje porque sabían que veníamos por una obra de Misión de Vida, estuve a muy poco de salir solo desde San José porque mis compañeros de Desafío al Destino no podian venir, pero mi primo Esteban Carvajal y una buena amiga de ambos quisieron acompañarme en lo que sin pensarlo iba a ser una gran experiencia. Después de recorrer algunos kilómetros llegamos a Suretka, último pueblo antes de cruzar el rio Telire en bote con las cosas que llevábamos, entre ellas 50 kilos de arroz, 50 kilos de frijoles y como 40 de azúcar que era lo más complicado de transportar. Al llegar al lugar la primera bella imagen, seguro que mi hermanillo sacando a pasear al perrito, la niña era morena media achinada, era muy linda.


 
Nuestro contacto en Kachabri envió a Carlos, un indígena de la zona y a su hijo que nos ayudó con las cosas más pesadas, hay que ser sinceros, estos maes son de verdad, dedicados a la agricultura y a todo lo que haya que hacer, el hombre se echó al hombro la bolsa más pesada como si nada, ojala asi bretearan aquí en San José.
 
 
Esta foto tuve que subirla para que no creyeran que sólo me quedé viendo. Que va yo no me iba a dejar intimidar por el hombre con unas cuantas bolsillas. Yo soy biker bien machito con pelos en el pecho.
 
 
Del otro lado habian unos cuantos pocos carros, según nos comentan esos vehículos los pasaron por el rio con los mismos botes y jalados con mecates, lo cual la verdad sigo sin entender pero de tanto preguntar me sentí majadero, así que mejor calladito seguimos el rumbo, seguramente como dicen popularmente usaron la malicia indígena para pasar esos vehículos al otro lado. Si nos tocó ver varias motos pasándolas de esta forma.
 
 
Llegamos por fin a Kachabri, pueblo donde no había nada, solamente unas cuantas casas de madera con techo de hojas similares a palmeras. Los niños y adultos con cierta timidez se acercaban a nosotros pero eran pocos los gestos que recibíamos, pero era muy linda la gente, se sentía una vibra muy especial. En eso observo esta bella choza, aunque en realidad es como un salón donde ellos realizan sus ceremonias, adentro solo habían unas bancas en circulo y en el centro una fogata.
 
 
Ojo este carajillo ayudando a jalar chunches, desde niños son breteadores y no delicados ni chineados como lo hace algunos padres con sus hijos. 
 

Después de entregar los cuadernos y alimentos quedaban las bolsas de ropa, pero tal vez era yo el que no quería abrirlas para que lo hicieran sin nosotros, pero no quisieron esperar y se llevaron las cosas que a cada uno le servía, fue un momento en que si vi sonrisas en sus rostros y sin duda las nuestras también aparecieron. También llevamos juguetes los cuales no se desaprovecharon.


 
Sin mucho mate y con la misión cumplida decidimos salir de regreso a Limón, pero una indigena Bribri nos invitó a su casa a comer, caminamos algunos cuantos metros y llegamos un poco más intimo en sus vidas, como quien dice nos metimos hasta la cocina. Nosotros teníamos muchas preguntas pero nos daba cierto miedo decir alguna tontera.


Arroz blanco, pollo (pero no estamos seguros, dice Esteban que era armadillo), palmito, guineo y fresco de piña servido en una jicara, la comida en hojas de platano, cual vajilla ni que nada. Cuando entramos en confianza vimos que ella era artesana y su esposo agricultor y músico (aunque en realidad ahí no se casan, sólo se unen con el permiso de los padres). A partir de ahí se rompió el hielo y comenzaron las preguntas y el intercambio de experiencias, sentados en el suelo de la linda casa de madera compartimos un momento muy especial, hablamos de política, de música, de religión, de costumbres y muchas cosas que siempre quise conocer. Sibö es en la religión católica como Jesús, pero más bien fue el indigena con plumas en la cabeza que llegó a modificar el cielo y la tierra, su padre era Sibökma (como Dios). Por lo general ellos siempre han tenido un líder (un cacique), sin embargo nos comentan que hace un tiempo murió el último y no han querido asignar al sustituto, el cacique es esa figura que cuida a toda la comunidad, que está pendiente de todos y es el vocero del grupo. Jairo nos dice que ahora existen unas asociaciones que son las que se han encargado de hacer ese papel desde que murió el último lider de ellos, entonces consideran que así están bien por el momentos.


Yo me traje un Sbak, instrumento de percusión que ellos utilizan para sus cantos, con piel de Boa a las cuales las matan apenas se las encuentran con el machete porque dicen que son muy peligrosas. Yo no podía estar más contento con mi nuevo instrumento el cual voy a llevar a Sudamérica en la moto para tocar unas piezitas con Betico de camino. Digna le hizo unos retoques antes de entregarmelo.
 

Aquellos hombres y mujeres entre si solo se hablaban en Bribri, únicamente con nosotros hablaban español pero fue muy tuanis saber que ellos quieren mantener sus costumbres y su dialecto. Hace algún tiempo no tenían luz, teléfonos ni caminos, ahora el ICE les ha dado estos suministros. Nos comentan que antes se iluminaban con fuego. La despedida fue emotiva pero prometimos volvernos a ver, nosotros queríamos quedarnos pero teníamos que regresar por lo lejos del lugar, a Digna quise darle un abrazo porque en poco ratico uno se encariña con ellos, pero su timidez lo impide, de igual manera con Jairo. Eso si nos complacieron con este canto musical indígena utilizado en sus ceremonias en Bribri ya que según nos dijeron no se puede traducir, en la piramide de la creación del mundo este es uno de los cantos, ojo el video... Fue el momento de mayor silencio y respeto


Antes de ingresar a Sudamérica en un viaje en motocicleta que me enseñará mucho de la vida, le doy a gracias a Sibö por permitirnos compartir este extraordinario día, donde logramos dar un poquito de ayuda, salimos felices por la compañía de los indígenas Bribris de Costa Rica, de los cuales me siento muy orgulloso. Gracias a los compañeros de CNFL, a la familia, a los bikers y amigos personales que ayudaron. Tal vez algún día yo sea mejor persona como ellos y aprenda a vivir con lo necesario, en comunión con la naturaleza y la vida misma... senuk bërë (vivir en paz)

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