29) Los Andes, Chile

 

3730 km recorridos en 5 países

No habia logrado publicar porque hemos tenido problemas con el internet. Llegamos a Purmamarca, es un pueblo antiguo con unos cerros de colores que según dicen es una tierra con minerales que se mantuvieron desde que esta parte de tierra era mar, hace unos cuantos miles de años. En el camino topamos con una carretera con al menos 100 km de animales por todos lados, al Tio se le atravesó un semejante chancho de monte y a mi una cabra, casí nos las llevamos de corbata. Como parte de la forma de vida me ha agradado mucho conocer al argentino aborigen, humilde pueblerino de la zona norte del país.

 

 

Lo malo ha sido que topamos con 3 manifestaciones de aborigenes que han bloqueado la carretera porque no tienen agua, luz, ni servicios básicos de salud y se sienten discriminados y acosados por el gobierno, a nosotros si nos han dejado pasar porque llamamos mucho la atención con las motocicletas... Aprovechamos para en una de ellas hablar con los lideres que nos explicaron la situación en la que viven, al parecer este tipo de bloqueos es común por estos lados ya que buscan llamar la atención de la prensa porque viven muy mal. Esta ha sido la parte triste e injusta del viaje que ya sabiamos que ibamos a topar. Qusiera tener el poder para ayudarles... será que en Argentina no hay gente que les ayude? porque será?

 



 Paramos a recargar combustible en media carretera y llegó la prensa, salimos en televisión Argentina

 

Salimos al día siguiente hacia Chile, sabíamos que podía hacer frio asi que sacamos toda la ropa que llevábamos, yo me puse 3 pares de guantes, un gorro, dos medias, sueter, jacket, capa y todo lo que encontré, de igual manera mis compañeros no se podian ni mover de tanta ropa. Después de la oración iniciamos la ruta y pocos kilómetros después topamos con el primer bello paisaje, las montañas de colores en medio de la carretera. 

 

 

Tuvimos que pasar un poco de lastre además...

Esta fue la calle que subimos.

  

Comenzamos a subir la montaña y al cruzarla el hermoso salar, que les puedo decir del salar…. Era maravilloso y aprovechamos para jugar con las  motos como chiquitos, había que meterlas ni siquiera pedimos permiso.

     

Ojo la gasolinera del desierto.

 

Después de un rato continuamos la ruta, sabíamos que era parte de Los Andes pero se nos complicó el asunto, entre montañas de piedra y arena alcanzamos los 4700 msnm  conduciendo (el punto más alto de Costa Rica el Chirripó está a 3800msnm). Ya nos habían advertido el día anterior así que íbamos todos con hojas de coca entre los dientes la cual nos ayudó bastante, sin embargo hacía falta algo más y paramos a mandarnos un tapis pa calentarnos por dentro porque el frio era mucho.

 

 

 

Las motocicletas a esa altura no pasaban de 80 km/h, esto por la falta de oxigeno que impedía el paso de la gasolina, asi nos la jugamos ya que las bichas no se apagaban solamente se quedaban lentas… Los que si fallaron fueron 2 compañeros que de descompusieron a tal altitud, yo me sentía mareado pero tenia que hacerme el fuerte por el grupo, si todos caemos no hubiésemos podido pasar la montaña, así que nos dábamos fuerza para continuar porque no había marcha atrás, nadie dijo que iba a ser fácil y menos a esa altura, fueron aproximadamente 400 km cruzando parte de Los Andes.

 

 Lo que nunca olvidaremos a pesar de lo difícil que fue pasar fueron los paisajes, algo que jamás pensé que iba a tener la oportunidad de conocer, posiblemente esos ricos que andan turisteando  en ciudades finas nunca han pasado por aquí, solo personas de mundo conocen estos lugares que llenan más que cualquier hotel de lujo. Yo para superar la presión que tenía en la cabeza a tanta altura y evitar mareos lo que hacía era cantar de camino, me canté como 3 veces el Espíritu Guanacasteco, La Patriótica y una que otra romanticona para inspirarme por el paisaje. 

 

 

 

 

 

Durante un momento viendo estas cosas tan hermosas le agradecí a Dios por la vida, creo que ya hice las paces con el mundo… Dios ha hecho cosas maravillosas con el planeta pero hemos sido nosotros mismos los que lo hemos destruido a pocos, aunque aún hay muchos lugares como estos que se salvan de la mala mano del hombre. Mientras conducía pensaba mucho y tuve un momento de tanto sentimiento que se me salieron algunas lágrimas, no era para menos con todo lo que observaba de camino… es como retomar la esperanza de que el mundo aún se puede salvar y que todo depende de nosotros.

 

 

 

También pensé que mi problema son los humanos, pero a la vez creo que todos debemos ser más tolerantes con los demás, entender que somos diferentes y las oportunidades son distintas. No podremos cambiar el mundo pero si podemos hacer que el nuestro sea mejor, vivir en paz con las personas que nos rodean y vivir plenamente nuestra vida. Después de ver estas cosas  hoy menos que nunca quiero que seamos tan materialistas, consumistas, egoístas y mucho menos querer llamar la atención con cosas sin sentido ni provecho para los demás. Hoy vimos algo hermoso y fue gratis, porque fue creado por Dios.

Después de llegar al punto más alto comenzamos a descender en una recta increíble, estábamos a 4830 msnm y bajamos a 2300 msnm en cuestión de 15 minutos, era como cuando un avión aterriza y hasta sentimos la presión y el dolor de oídos, algunos de nosotros sabemos bucear (muy feo) así que recordamos que debíamos empatar la presión, tapamos la nariz y al soplar se abrieron los oídos y no hubo más dolor. Fue un bajonazo muy brusco que inclusive provocó mareos a todos y tuvimos que parar en el pueblo siguiente, nada más ni nada menos que en San Pedro de Atacama (tal vez lo conozcan por el rally Dakar) ya en un nuevo país, ahora estamos en Chile. Chichichi lelele. Pero aún nos faltaban 120 km más para llegar al destino final Calama, así que después de perdernos en el pueblo ubicado totalmente en el desierto encontramos la carretera y retomamos la ruta, lo malo fue que el sol se nos iba desapareciendo y nosotros aún en el desierto sin luz y con un frio que nos llevaba la grandísima trabajadora social.  

 

Le dimos a lo que la moto aguantaba, íbamos rápido para evitar que llegara la noche y apenas oscureció llegamos a Calama, apenitas apenitas. Directo al hotel más cercano (baratico) y se acabó el cuento. Un día difícil que hemos pasado de todo, ya ni me interesa todas las deudas en las que me metí para venir aquí con mi moto Maria de Los Angeles a estos lugares porque lo que vivimos no tiene precio y me va a ayudar mucho para el resto de mi vida.. esas cosas que el dinero no puede comprar. Además después de sufrir con la manejada a tanta altura, poco oxigeno y frio nos sentimos orgullosos de haber logrado cruzar en moto pandillera que lo hace aún más dificil, no somos motociclistas profesionales pero si los tenemos bien puestos, así es como todos deberíamos luchar en las cosas que se nos presentan en la vida, sin miedo y luchando para alcanzar esas metas que son importantes para nosotros, ese es el mensaje del día de hoy para todos… Continuamos por El Atacama hasta Arica, aún falta mucho. Los queremos